En tu dilatada trayectoria profesional has capeado numerosas crisis. Quizás la más importante, también por tu cargo en aquel momento, fue el boom ¿Cuál es tu principal aprendizaje de esa crisis?

Como consecuencia de las decisiones tomadas a raíz de la crisis de 2008, pudimos no solo superar esa situación sino fortalecer nuestra capacidad de resiliencia. Esto nos ha permitido superar la crisis derivada de la pandemia y ganar capacidad de maniobra con la política monetaria y fiscal. En concreto, la crisis de 2008 nos ayudó a entender mejor el ciclo económico largo, a ser capaces de anticiparnos y afrontar una situación de crisis, nos ha dado liquidez para resistir y para comprar, y ha puesto en valor la importancia de la gestión del talento.

Según CBRE, una de las principales amenazas para la economía son los bullets and ballets en un año dominado por los conflictos internacionales y elecciones en prácticamente la mitad del mundo. ¿Desde tu punto de vista, cuáles son los grandes nubarrones?

Una de las principales amenazas es el avance de sistemas políticos iliberales y la democracia aclamativa. El regreso de Trump y la consolidación de la cultura del partido demócrata woke en Estados Unidos nos conduce a una zona de aversión al riesgo y a la libertad que me preocupa mucho. Esta mala influencia, que proviene del extremismo político, las tensiones geopolíticas ideológicas y los regímenes fuertes y populistas, está aterrizando en la política española y creo que la responsabilidad de los dos grandes partidos es volver a centrar esta situación. Otros grandes nubarrones son el decaimiento de las reglas de mercado, la sustitución de la ética fundamental y la justicia social por valores relativos y positivistas, las élites corruptas y la desigualdad.

Como presidente del Círculo de Empresarios, ¿qué cambios crees que se debería llevar a cabo el Gobierno para impulsar el sector inmobiliario?

En España, el sistema inmobiliario no se ha reestructurado más que parcialmente. Y es necesario hacerlo reduciendo el intervencionismo burocrático y liberalizando la gestión del suelo. Este país arrastra todavía un sistema implantado después de la guerra civil que ha impedido el pleno desarrollo del arrendamiento, ya que no deja lugar a la inversión financiera, el dinero está inmovilizado en inmuebles. Para corregir esta situación, debemos profesionalizar el alquiler e incrementar la oferta a través del impulso público-privado. Necesitamos un sistema de alquiler de vivienda que se adecúe a los desafíos actuales y esto lo conseguiremos cuando España tenga una compañía privada con una cartera de 100.000 viviendas en alquiler. Una empresa capaz de ser responsable frente al sistema, la administración, los inversores y los arrendatarios. En el mercado de promoción de vivienda, el sistema está extraordinariamente fraccionado. En este caso necesitamos también una sistema inmobiliario profesionalizado, con una promotora que pueda entregar unas 20.000 viviendas al año. Esto permitiría acudir al mercado de capitales con suficiente volumen para que la acción sea líquida, los activos se puedan valorar mejor y las proyecciones de resultados sean mejores, entre otros.

El acceso a la vivienda es uno de los grandes problemas de la economía doméstica. ¿Qué medidas se tendrían que adoptar para revertir esta situación?

Tenemos un problema de oferta en términos de vivienda. Necesitamos 200.000 viviendas nuevas al año y se están construyendo 60.000. Para revertir esta situación debemos liberalizar el mercado de la vivienda, fabricar suelo, atraer capital y promover la vivienda social con colaboración público-privada. La vivienda en alquiler es un sector absolutamente estratégico, pero no puede ser que la economía siga instalada en el régimen del pequeño propietario como sistema de ahorro. Necesitamos una compañía española cotizada, grande, con inversores profesionales dedicada a la vivienda en alquiler.

El sector financiero es muy importante para el inmobiliario. ¿Qué relación tienen actualmente y cuál deberían tener?

Yo creo que el sector financiero aprendió sobre el riesgo inmobiliario después de la crisis de 2008 y desde entonces se han corregido los errores de exceso de interdependencia de ambos sectores. Ahora la relación entre ambos sectores es buena y la gestión de riesgos es excelente por ambas partes. La práctica del sector financiero hoy es impecable y las decisiones que se toman son todas razonables desde el punto de vista de riesgo o los porcentajes de financiación a particulares para la subrogación de hipotecas.

Según el informe The debt funding gap for European Real Estate elaborado por CBRE a finales de 2023, prevemos que el mayor déficit de financiación de deuda se produzca en 2024, con 114.000 millones de euros para el periodo entre 2024 y 2027. ¿Qué sectores tendrán una mayor brecha y cómo se podrá cubrir?

Esta brecha se podrá cubrir por las empresas mejor gestionadas y capitalizadas. Esto contribuirá a la reestructuración del sector y hará que el mercado de capitales cobre más importancia. Necesitamos una empresa privada de gran tamaño, capaz de comprar viviendas públicas o privadas o encargar nuevas y tener vivienda en alquiler de primera calidad con un servicio perfecto de gestión de la comunidad de vecinos, con un servicer que pueda dar respuesta a las necesidades de los arrendatarios, etc. Una gran empresa tiene que cotizar para atraer al mercado de capitales.

¿Qué aporta CBRE al sector inmobiliario? ¿Qué es lo que más valoras de la firma?

Aporta elementos imprescindibles para el desarrollo del sector inmobiliario: experiencia, calidad de gestión, talento y seguridad.

Has desarrollado tu carrera profesional en la banca y también has estado involucrado en el negocio de compañías energéticas, inmobiliarias e incluso de movilidad. ¿Cómo ha evolucionado el sector inmobiliario, su papel en la economía española y su relación con el resto de sectores?

El sector inmobiliario es constitutivo, troncal en nuestra economía y ha contribuido decisivamente al crecimiento de la economía española. Ha impulsado el bienestar de las familias con el acceso a un parque de vivienda renovado, el desarrollo del mundo empresarial con una dotación de oficinas y a la evolución excelente del sector logístico y la actividad comercial. Sin embargo, falta una reestructuración para ganar tamaño y homologarnos con Europa, sin esto no seremos plenamente competitivos.